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ASI FUE LA VI REUNION LLAMAS

A LA VOZ de "nos vemos en Zacatecas", más de 100 integrantes de la Orgullosamente Familia Llamas se dieron cita en la ciudad que ha sido nombrada por la ONU Patrimonio Cultural de la Humanidad, para realizar su VI Reunión Llamas, que este 2002 tuvo lugar del 12 al 14 de julio, en el Hotel Argento Inn.

Llegar y comenzar el reparto de saludos, abrazos, besos y sonrisas, fue todo uno.

Los sobrinos saludaban a sus tíos, los primos a sus primos, los nietos a sus abuelos, etc. Incluso hubo familias que llevaron amigos invitados, quienes al final maravillados dieron fe de la cordialidad, el respeto, el cariño y la alegría que campeó durante la convivencia Llamas. Uno de los invitados, dijo: "¡Ojalá sepan ustedes preservar durante mucho tiempo estas reuniones!".

Así como algunos tenían apenas 365 días de no verse, así también hubo varios que no se veían desde hace cuarenta años o más, y al fundirse ahora en un abrazo fraterno fue como el reencuentro de aquellos años felices. Precisamente uno de los objetivos de la Reunión Llamas es acercar a las familias para que sus hijos y los hijos de nuestros hijos se reconozcan, vivan y convivan y continúen estas reuniones que comenzaron en 1997 en la ciudad de Zacatecas.

Viernes 12 de julio

Comienza el registro de participantes. En llegando, las familias reciben un sobre con sus gafetes, camisetas, un cilindro para agua y un CD con el directorio de todos los asistentes al VI Encuentro Llamas.

Quienes así lo desean pasan a reposar la fatiga del viaje. Pero nadie se mueve, pues hay mucho para platicar, comentar y recordar. Lo dicho: abundan los recuerdos. Sin embargo, llega la hora de subir a los autobuses e iniciar los paseos. Uno de los camiones parte para una visita a la planta cervecera de Zacatecas, en Calera, y el otro autobús sale para el Cerro de La Bufa y a la Mina del Edén.

Los que llegaron un poquitín tarde, a La Bufa. Los otros, a la cervecera.

Atiende al numeroso grupo de invitados en la cervecera el ingeniero Román Muñoz Garza, quien en sus palabras de bienvenida subraya que ésta es la primera vez que una familia tan numerosa visita la planta. Exhiben después un audiovisual con la historia sucinta del Grupo Modelo y sus logros obtenidos en el año 2001. Antes de iniciar el recorrido por las instalaciones, nos proveen de un equipo de radiocomunicación, un casco y goggles. El radio es para comunicarnos con el ingeniero Muñoz desde un canal previamente determinado y hacer, desde el lugar en que nos encontramos, las preguntas pertinentes. El casco es para ponérnoslo en la cabeza y saber que todavía tenemos cabeza. Esto es broma. El casco es para protección. Y los goggles sólo para aquellos que usan lentes.

Comienza el recorrido. La explicación es de primera. El ingeniero conoce su oficio y nos adentra en cada uno de los recovecos para elaborar la cerveza. Que la materia prima, que el transporte, que el agua, que los trabajadores, que el software, que la mercadotecnia, que la certificación Isso, que se producen tantos millones de hectolitros al año, que los tanques fríos, que los calientes, que la exportación, que la calidad, que la competencia, que las horas de capacitación. En fin. Naturalmente abundan las preguntas de los Llamas que demuestran inusitado interés por conocer de cerca cómo se elabora la cerveza Corona, producto que ha conquistado los paladares más exigentes hasta en los países con rancia tradición cervecera. Una de las preguntas más interesantes la hizo un niño. El inocente preguntó: "¿A qué hora vamos a la taquería?".

Y es que la empresa cervecera había dispuesto agasajar a la Gran Familia Llamas con una taquiza al final de la visita a la planta, noticia que nos había sido informada por el ingeniero Muñoz al principio mismo de su charla.

Cuando ya nos disponíamos a regresar al sitio donde nos esperaba la taquiza, se suelta el diluvio largamente anunciado y pin, pon, papas. ¡A mojarse todo mundo!

A esa hora todos teníamos un filo de aquellos. Nos fuimos con entusiasmo y dedicación tras la taquiza y qué nos duraron los de chicharrón, los de tinga, los de pollo y los clásicos de frijolitos. Estos taquitos, acompañados por una cerveza (¡¡o las que uno quisiera!!) Negra Modelo bien fría, fueron una delicia. A los niños y abstemios, su soda.

Y para concluir, la empresa distribuyó entre sus invitados unos simpáticos obsequios, recuerdo de su visita a la planta cervecera más importante de América Latina. Y no es comercial, que conste.

De regreso en el hotel a descansar y prepararse para el evento más importante de la VI Reunión Llamas: la Cena de Bienvenida.

Cena de bienvenida

La cena, dice el diccionario, es la última comida del día que se hace al atardecer o por la noche. En algunas sociedades la cena es la comida más importante para las familias porque se reúnen a convivir, reír y charlar sobre tópicos que nada tienen que ver con el trabajo diario. Los pintores aprovecharon el momento de la cena para plasmar cuadros inolvidables. "La santa cena", de Fra Angélico, por ejemplo, es uno de ellos.

A la cena de bienvenida de la VI Reunión Llamas nos presentamos todos muy curros. Era el momento de reanudar la plática pendiente, de proseguir la conversación trunca, de completar el informe que esperamos recibir de cómo está fulano y qué sabes de perengano. Y desde luego hubo tiempo de conversar sobre esto, aquello y lo demás allá.

Llegó el momento de las presentaciones. Beatriz, la infatigable Beatriz, tomó el micrófono e inició las presentaciones de las familias según el orden en que se hallaban dispuestas en las mesas. Beatriz ha diseñado un esquema muy práctico. Las familias que han asistido con anterioridad a las Reuniones se les nombra y se les aplaude. Quienes asisten por vez primera deben levantarse para conocerlos y que reciban, de pie, el aplauso cariñoso del resto de la familia. De verdad es un gran momento.

Las familias que asistieron por primera vez fueron:

Lic. Esteban Llamas Garcia y Sra. Gisela Gamez de Llamas

su hija Patricia Llamas Gamez (nuestra REINA!)  de Culiacan, Sinaloa

Julieta Llamas M. del D.F.

Jose Ma. Llamas y Sra. Carmela Flores de Llamas de California

Jose Llamas Flores y Ann Marie de Llamas de California

Carlos Vazquez y Sra. Ma. del Refugio Glez. Llamas de Vazquez del Distrito Federal

Carlos Caramazana y Sra. Patricia Vazquez de Caramazana del D.F.

Adriana Vazquez Gonzalez (Nuestra Princesa) del D. F.

Deborah Lizbeth Llamas de Guadalajara, Jal.

A continuación, la elección de la reina de la VI Reunión. ¿Por qué una reina? Quienes tienen ya sus añitos bien pintados en el cabello, recuerdan, quizás con nostalgia, que en Jalpa, durante las fiestas de diciembre, se elegía a la reina de las Fiestas. Para que nuestros hijos vivan y continúen esa tradición, bueno ¿por qué no elegir a la reina de nuestra Reunión?

Beatriz invitó a participar a las chicas Llamas de 14 años para arriba, que fueran solteras.

Participaron:  Samantha Garza, Deborah Llamas, Patricia Llamas, Lizbeth Andrea Llamas, Claudia Llamas, Pauline Velasco, Beatriz Martinez, Adriana Vazquez, Dimna Kerguelen, Cynthia Mendoza Velasco, Tania Almada Velasco, Nicole Ford, y Cristina Llamas. Representantes de la belleza Llamas.

Se les pidió pasar al estrado, una a una, acompañadas con el aplauso y el apoyo de la concurrencia.

Cada una recibió una rosa.

A todos se nos dijo que sólo dos de las rosas traían anotado los nombres de reina y princesa, en los papelitos de la suerte.

Todas desenvolvieron sus papelitos... emoción... primero saldrá el papelito de la princesa.

Y la princesa de la VI Reunión Llamas es Adriana Vázquez González, hija de Carlos Vázquez y de María del Refugio González Llamas de Vázquez, con residencia en Naucalpan, Estado de México.

Atención, aquí viene el papelito de la reina....

Y la reina de la VI Reunión Llamas es Patricia Llamas Gámez, hija del licenciado Esteban Llamas García y de Gisela Gámez de Llamas, originarios de Culiacán, Sin.

Abrazos, risas, besos, admiración y mucha alegría en los rostros de las chicas.

Las ganadoras, Patricia y Adriana, felices. Asisten por primera vez ¡y vaya reconocimiento! Patricia tiene 22 años y estudia el quinto año de la carrera de Medicina, en Culiacán. Adriana trabaja como asistente trilingüe (español, inglés y francés) en una empresa francesa de productos lácteos, en México, D. F.

El licenciado Mario Llamas Sandoval, que vive en Matamoros, Tamaulipas y padre de Beatriz (organizadora de estos Encuentros), corona a su graciosa majestad Patricia I.

Y don Rafael Velasco Llamas que llegó desde Los Angeles, California, impone a Adriana la diadema emblemática de princesa.

Han sido muchas emociones para un mismo día y ya tenemos apetito. El chocar de las copas, el murmullo de las conversaciones y la risa de los comensales bajan de tono cuando sirven la cena. Pero antes de cenar, el aplauso, las porras y el reconocimiento de todos para Beatriz Llamas Martínez, la mujer que con su trabajo, tesón, esfuerzo y confianza en ella misma ha gastado horas y horas de su tiempo ante la PC, el teléfono y cuanto tiene a su alcance para invitar, informar, convencer e incluso rogar a quienes aún no se deciden a acompañarnos. ¡De lo que se pierden!

A Beatriz, nuestro profundo agradecimiento.

El menú:

De entrada, sopa de chile poblano, con queso derretido.

Plato fuerte: pechugas de pollo rellenas de flor de calabaza, bañadas en salsa de huitlacohe y puré de papa.

y un delicios postre.

Y después de la cena: ¡¡a bailar, señoras y señores, a mover el esqueleto, a tirar el polvo de los años, a olvidar las penas!!

Y en tanto los jóvenes se dan vuelo al son de los ritmos en boga, en las mesas continúan las conversaciones y los brindis. Vivamos el aquí y el ahora. Después, Dios dirá.

Sábado 13 de julio

Iniciamos el día aún bajo los efectos de la noche anterior, pero contagiados con la energía de todos los Llamas. ¡Por algo traemos bien puesta la camiseta!

¿Qué hay para hoy? Un viaje a Fresnillo. Ahí visitaremos al Santo Niño de Atocha.

Rueda el autobús y desde la ventanilla observamos la roja tierra zacatecana. "Es roja por tanto fierro que hay", acota nuestro guía. Y en seguida nos dispara datos históricos, económicos y sociales que de alguna manera nos ayudan a comprender lo difícil que resulta para los pueblos amoldarse al entorno social que les toca vivir en un momento determinado de su historia.

Para llegar a lo que es hoy, Zacatecas, el estado sufrió, primero, la guerra de los conquistadores españoles. Después, la Revolución. Luego, la guerra de los cristeros. Murió mucha gente y mucha otra abandonó el terruño.

Pero Zacatecas está ahí y su gente con él. Gente sencilla, honrada y trabajadora que espera la oportunidad para lanzarse a la conquista de las grandes metas.

De todo esto habló el guía mientras el autobús devoraba la carretera. Y para confirmar si habíamos entendido, preguntó quién fue el primer presidente de México. "Esa pregunta, ni se pregunta", respondió alguien. "Don Guadalupe Victoria", fue la respuesta. "Muy bien", dijo el guía.

"¿Cuándo comenzó la presidencia de don Guadalupe Victoria?", fue la siguiente pregunta. "A ver, déjeme hacer cuentas", respondió alguien. "En 1810 fue el ‘Grito’ de Dolores. En 1821 se consumó la Independencia de México. Llevamos once años, más otros dos o tres años. Total, don Guadalupe Victoria inició su Presidencia por 1823 ó 1824". "Muy bien", dijo el guía, asombrado. "La respuesta correcta es 1824", añadió.

"Ahora les preguntaré lo siguiente -insistió el guía tratando de derrotar nuestros fantásticos conocimientos--: ¿Cuántos días han pasado por la presidencia de México desde don Guadalupe Victoria hasta el presente?".

Los jovenazos que estudiaron en el Tec de Monterrey sacaron de inmediato las calculadoras y comenzó el traca-traca de las veloces maquinitas.

Debo decir a ustedes que a bordo de nuestro autobús viajaban dos estudiantes con maestría, dos profesores de secundaria, un licenciado, señoras con preparatoria y muchos niños en edad escolar.

Después de un tiempo razonable, el guía quiso conocer nuestras respuestas. Y socarronamente dijo que deberíamos tomar en cuenta los años bisiestos. Total, cada uno de nosotros dio el número de días que había calculado. Pero todas las respuestas fallaron, porque la pregunta era una pregunta capciosa.

Se trataba de díaz, con zeta, y no de días, con ese. La respuesta es obvia: los díaz que han pasado por la presidencia de México desde don Guadalupe Victoria hasta la actualidad, han sido dos: don Porfirio Díaz y don Gustavo Díaz Ordaz.

El guía se salió con la suya: derrotó nuestros fantásticos conocimientos. Y ya no dijo más.

Llegamos a Plateros. Había mucha gente en misa y algunos prefirieron quedarse en la plaza comprando "souvenirs", si me permiten la expresión.

Otros compraron nieves, refrescos y golosinas.

Los niños estaban desatados y se embadurnaron con los clásicos botes de spray.

Algunas señoras adquirieron reliquias y las llevaron a bendecir.

Los más se refugiaron a la sombra de los pocos árboles porque, ¿saben qué?, en ese momento brilló el sol intensamente, tanto que nos tomamos la foto del recuerdo.

Como era imposible entrar al Santuario, la mayoría optó por regresar.

De nuevo cada uno en sus autobuses. Y aquí sucedió algo increíble, pero cierto.

Quién sabe porqué conjuros del destino, ambos autobuses se separaron. Uno jaló para Zacatecas y el otro a la Mina El Eden, pero esto lo supimos después.

Comimos en Zacatecas en un centrico restaurante y ahí esperamos, esperamos y esperamos a la gente del otro autobús. Ya estábamos nerviosillos cuando el guía recibió, como en las películas, el telefonazo salvador. El autobús número uno, el de los adultos, se detuvo a visitar el museo de minería, en tanto que el autobús número dos, el de los niños, enfiló de frente y marchen hacia Zacatecas. Faltó comunicación, pues, entre los autobuses.

Afortunadamente no pasó nada, como dicen en mi pueblo. Y todos tan contentos.

Después de la comida un rato de descanso para el siguiente evento del día: ¡¡la callejoneada!!

La callejoneada

Inicia a un costado del Hotel Argento-Inn.

Ahí, las hermanas Ivonne y Dimna Llamas, de Cd. Obregón, ofrecen una muestra de cómo bailar al son de la tambora zacatecana. Estilo, agilidad, cadencia ritmo y belleza, derraman en su danza estas beldades representantes de los Llamas de Sonora.

Comienza la marcha por los sinuosos callejones de Zacatecas, pero qué nos duran las subidas si estamos bien entonados con el tequila que don Javier Velasco Llamas ha traído ex profeso para la ocasión.

Una pieza, un tequila; una parada, otro tequila; una bailadita, venga el tequila. ¡Por el gusto de volvernos a ver, salud, primo! ¡Ajúa, y que sirvan más

Es hora de escuchar el "Novillo despuntado", en la magnífica banda que nos precede. Más adelante camina el burro con sus garrafas de tequila. Cargamento vital. ¡Cuidémoslo!

Arre, arre, mi burrito no te vayas a enojar, y sin mi tequilita me vayas a dejar. Casi le canto así al burro, a lo macho. Afortunadamente, el burro, como buen burro, no me entiende. ¿O es que ya irá burro? ¿Quién será más burro: el burro o el que va burro? A esta hora de la noche todos los burros son pardos. Perdón, quise decir, todos

los gatos son pardos. Se me hace que ya me estoy poniendo medio burro. ¿O seré burro? ¿Burros a mí? ¡No, señor! ¡Jálele, mi burro!

Al despertar de esta profunda reflexión filosófica, estábamos ya en nuestro destino final: la Plaza de donde tendriamos la taquiza. 

Ahí se soltó, no el aguacero, sí el baile. Y hablando de aguaceros, se me hace que el Santo Niño de Atocha nos hizo el milagro de parar la lluvia. Como recordarán, toda la tarde llueve y llueve. Y después la noche queda ideal para nuestra callejoneada. Sólo faltaron la luna y las estrellas.

"¡Vengan por sus tacos!", gritaron desde lo profundo. Todo el mundo a formarse, y ni modo, ¡a mover bigote!

Teniendo como música de fondo la que brotaba de la tambora zacatecana, que entre paréntesis echó una competencia con otra tambora que por ahí llegó, y de la cual competencia nuestra tambora salió bien librada, dispusimos de la cena al tiempo que fluían las evocaciones: "¿Recuerdas cuando fulanito así y asado?". "¿Te acuerdas de zutanita?" "¿Y qué pasaría con perenganito?"

Y las charlas no paraban. ¿Y dónde iban a parar, si ya eran los últimos momentos de este sábado inolvidable?

Sin embargo, el reloj marcó la hora de la despedida. Caras tristes, rostros acongojados. Adiós, adiós. Muchos salían el domingo muy temprano y no era cosa de desvelarse, como en días anteriores. Así que a la camita. Buenas noches y nos vemos dentro de un año, si Dios quiere.

Domingo 14 de julio

Desayuno, temprano. Ultimos toques al equipaje. Comienzan las despedidas. Promesas por doquier: "¡Seguro, te escribiré!". "¡Cuenta con esas fotos!". "¡Visítame en cuanto puedas!". "Mi dirección es...". "¡Aquí tienes mi tarjeta!". "¡Mándame un mail!". "¿Por qué no pasan unos días con nosotros?".

Abrazos y apretones de mano. Otra vez abrazos.

Termina la fiesta y termina la crónica. Estoy cansado. Llegué de Zacatecas a las seis de la tarde y llevo tecleando no sé cuántas horas al hilo. Lo hago antes de que se desvanezcan los recuerdos. Lo hago para ver si leyendo esta pálida crónica en el Internet, los que no fueron se animan a participar en la próxima Reunión Llamas del 2003. Si asisten, será la mejor recompensa para los organizadores. Por mi parte me despido al estilo de doña Raquel Llamas González, quien decía: "Listo se encuentra ya mi equipaje. Un beso, hijitos, y adiós, adiós".

 

 

Este articulo fue escrito por Carlos Vazquez, esposo de Ma. del Refugio Gonzalez Llamas.