Con suma alegría he encontrado su pagina sobre "Los Llamas". El hecho de apellidarme también Llamas me hace sentirme
participe del entusiasmo que manifiesta vuestra web. Es por esto por lo que aporto los datos que he podido recabar sobre
la historia de nuestro apellido, en la esperanza de que algún Llamas americano sienta conmoverse su medula al oír noticias
de los que a buen seguro fueron sus antecesores. Soy un Llamas del Norte de la provincia de León (España). En esta zona
es relativamente frecuente este apellido. Se da como históricamente probado que los Llamas de León se extendieron hacia el
Sur de la península ibérica, especialmente por Murcia y Extremadura en la época de la repoblación cristiana (s. XIV y siguientes).
A su vez los Llamas leoneses eran oriundos de Asturias, zona de Cangas de Tineo. Conviene aclarar que una "llama" en Asturias
y León es una laguna poco profunda. Etimológicamente se acepta que el origen del vocablo es séptico ya que sólo en la zona
noroeste de la península tiene esta acepción y descartando la raíz latina que no parece probable. Siendo "llama" un sustantivo
geográfico, que no tiene nada que ver con el fuego sino más bien con el agua, el apellido se explica si recordamos la costumbre
de identificar a las personas por su lugar de origen. Así un "Llamas" seria un individuo que vivía en una comarca cuya característica
eran las llamas (pequeñas lagunas). Es sabido la costumbre medieval de nombrar por el origen geográfico en vez de por el origen
familiar, así surgieron el apellido "Gallego", "Murciano", "Catalán", etc... Recibían este tipo de apellido los que no tenían
apellido famoso y que frecuentemente estaban vinculados a la tierra como siervos, cuya manera de emanciparse era incorporarse
a una repoblación incentivada por medio de la mejora que suponía librarse de la servidumbre. Estamos hablando del siglo X-XII.
De esta manera los Llamas saltaron la Cordillera Cantábrica para repoblar al sur las faldas de los valles de la misma, participando
en la defensa de León, con derrotas y victorias. De esta época se tiene noticia de un Llamas "Tenente de las torres de LEÓN",
lo cual equivale a jefe militar de la ciudad. Asentándose en los valles circundantes, viviendo de la agricultura y el pastoreo,
pronunciando la "ll" palatal de su apellido diferenciándola nítidamente de la "y", precediéndola del determínate "de" . El
formato de nombre seria Fulano de Llamas. Gozaron los Llamas de la condición de hidalgos notorios, que quiere decir "desde
tiempo inmemorial". Recibían este calificativo los que habían defendido a su país contra la invasión Árabe en el siglo VIII,
a diferencia del resto de la población que eran considerados pecheros. Esta división estuvo vigente en España hasta principios
del s.XIX, de forma que podríamos decir que un hidalgo era un noble con prerrogativas especiales, lo cual no suponía necesariamente
tener títulos nobiliarios. De hecho el apellido Llamas históricamente, no es León ni en Asturias un apellido de la clase noble
dirigente, sino más bien de hombres libres celosos de su independencia individual, poco dados a las intrigas políticas y a
las aventuras bélicas. Esta manera de entender la vida ha sido estudiada como una característica de la zona geográfica y se
ha constatado modernamente con la industrialización que eran muy difícil el sometimiento de estas gentes a las jerarquías
sociales ya que tenían un concepto muy arraigado de su libertad personal cultivada entre los bosques de las montañas donde
un hombre vale lo que es capaz de hacer por si mismo y no hay mas rango que sus fuerzas y su ingenio. En el Quijote, aunque
no se menciona el nombre ni el apellido ni tampoco podemos pensar que el valor es exclusivo de los Llamas, en el episodio
de "El cautivo" aparece reflejado la vida de la montaña leonesa. Convivían con sus vecinos en pequeñas poblaciones (aldeas)
de 50 familias que se gobernaban mediante un órgano llamado Concejo(asamblea) con el cual defendían sus derechos y libertades
contra la nobleza señorial medieval, muy a menudo despótica. Así vivieron hasta el s. XVIII, que se les impusieron alguna
centralización administrativa, pero siguen existiendo hoy día estas instituciones, coexistiendo con los municipios sin perder
totalmente su autonomía ante éstos y siendo muy apreciadas. Pero pasaron varios siglos hasta que se produjo la repoblación
cristiana del Sur de la península, seguida de la gran emigración hacia América. Espero que esta disertación, propia de
gente ociosa, sirva para henchir los pulmones de sano orgullo a algún Llamas Americano, lo mismo que a mi me llena de satisfacción
lo larga y extendida que es nuestra extirpe a comprobar por vuestra web como el apellido os une y os mueve. En León se dice
que el que el que no aprecia a sus antepasados es un "descasta" ya que se desentiende de su "casta". Pues eso, ¡viva la casta
de los Llamas extendida por la tierra! Saludos
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